¿ERES OFERTA PARA OTROS?
Quizás esta pregunta suene rara. Pero permítanme encuadrarla.
Alguien necesita algo, y piensa que yo se lo puedo brindar y me lo pide.
Alguien necesita algo, yo me doy cuenta, y antes que me lo pida me ofrezco a dárselo.
Esto último es ser oferta.
Ser oferta implica automáticamente tres cosas.
Una, estar atenta a las necesidades de los demás.
Dos, confiar en mis capacidades, habilidades y recursos. Hay explícitamente una autovalidación.
Tres, si me ofrezco, y el otro acepta, en ese momento me comprometo a cumplir.
Cuando no somos oferta, es porque alguno de estos puntos falla.
- Puedo estar mas preocupado en mi desarrollo, que los otros o sus necesidades están en transparencia para mi. Directamente no las veo.
- Puedo no confiar en mi misma, y en mi valía. Me pongo en un lugar de víctima, y siento que no tengo nada para ofrecer. Veo al otro con todas sus necesidades cubiertas. El otro tiene mas poder que yo.
- Por el contrario, me pongo en un lugar de arrogancia, y espero que me pidan. Me encanta sentirme necesitado y, en ese momento, yo tengo mas poder que el otro.
- Tengo miedo al compromiso. Mira si me ofrezco y no cumplo con las expectativas del otro?. Mejor no me pongo a las órdenes, y espero que me lo pidan. Esto puede mostrarnos una autoexigencia alta, y nuevamente, no confiar en nuestros dones.
Recordemos, el dar y el recibir son parte de un mismo círculo.
